Con la llegada del buen tiempo empieza el riesgo para nuestros conejos, y por lo tanto la época de vacunarlos.

Tradicionalmente hemos vacunado frente a la variedad clásica de enfermedad: vírica hemorrágica (RHDV), pero en 2010 aparecieron brotes en conejos ya vacunados, debido a una nueva variante, RHDV2.

A diferencia del virus inicial, que no afectaba a gazapos, la mutación puede causar la enfermedad en conejos de cualquier edad. Es exclusivo de la especie Oryctolagus cuniculus (a la que pertenecen nuestros conejos) así como a las liebres, y no afecta a cobayas, chinchillas, ratas, hámsteres, jerbos, ratones ni a humanos.

¿Cómo se transmite esta enfermedad?

Es un virus muy resistente en el ambiente y difícil de eliminar. La infección se propaga por contacto entre conejos, pero también por insectos, como los mosquitos, u objetos como recipientes de comida, ropa, comida o agua contaminadas. Por este motivo, a pesar de que muchos de nuestros conejos viven en pisos, no están libres de contagio.

La importancia de una adecuada Prevención

La Enfermedad Vírica Hemorrágica no tiene tratamiento y la mayoría de los conejos infectados mueren a pesar de la terapia de soporte. Por este motivo, la prevención mediante vacunación es la mejor forma de luchar contra esta enfermedad.

Las vacunas contra la variante clásica de la enfermedad (RHDV) que usábamos hasta ahora, no ofrecen una protección suficiente contra RHDV2. Pero afortunadamente, ya disponemos de vacunas específicas.

Nuestra recomendación:

– Vacunar cada 12 meses contra RHDV (variante clásica)
– Vacunar cada 6 meses contra RHDV2 (variante 2)
– Vacunar cada 6 meses contra Mixomatosis.

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